La relación del hombre y la muerte resulta siempre fascinante. Ningún aspecto parece definitivo para entender el hecho de que somos capaces de matar y salvar de la muerte. Erika Larsen tiene dos trabajos, The hunt y Young blood, que te distancian y a un tiempo te sumergen en el mundo primario y eterno de la caza. La belleza de sus imágenes, las metáforas en lo fotografiado, lo sutil de los detalles. Quizás he tenido suerte.
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